A través de las rutas sin claridad, brilla una Estrella: María, nuestra Madre y Madre de la Iglesia. Ahora bien, en tiempos peligrosos, María ha levantado un Ejército adornado de la Cruz que redime, pues de la Pasión se revela el misterio que brota en Pentecostés, ya que con el Espíritu Santo el apóstol recobra la verdadera grandeza, aquella que lo conduce hacia la santidad.